Atractivos

Museo Mesoamericano del Jade

Réplica de un fresco Maya

El Jade de Mesoamérica

La piedra del Jade, del amor eterno, tiene presencia en San Cristóbal de Las Casas. Caminando por las calles de esta ciudad colonial de las montañas de Chiapas, deseamos encontrar algo especial para ofrendar al Amor y así llegamos a dar con la piedra eterna, la de más alta calidad, el jade de Mesoamérica.

En el Museo Mesoamericano del Jade, nos encontramos en el vestíbulo de entrada, un corredor con el clásico estilo arquitectónico del arco maya donde observamos una serie de glifos y medallones arqueológicos en las que se interpretan las formas en que los antiguos mayas trabajaban el jade, así como información actual de los procesos geológicos y la forma como se encuentra el jade.

Museo del Jade
Interior del Museo

Pasos adelante, sobre un altar Maya, podemos ver varias piedras sin labrar, aún sin conocer la mano del artista, piedras mudas de la historia del hombre. Pasaron eras desde los orígenes de nuestra tierra y hace cuatrocientos millones de años los movimientos tectónicos empezaron a formar el jade y pasaron milenios antes de que las Cultura Mocaya en la costa Pacifico de Chiapas esculpiera las primeras piezas para comenzar así su viaje a través de la historia. Entonces el lenguaje labrado en la piedra eterna se convirtió en ofrendas de poder, terrenal y divino, así como en símbolo de de amor hacia los dioses y los reyes. El jade, era lo mas valioso para los pueblos antiguos de nuestra América y cubría con su pureza la carne corrupta detrás de las pulidas máscaras encontradas en Calakmul, Palenque, Tikal y Copan. Las placas colgadas al pecho de los gobernantes Mayas eran el símbolo de autoridad y una cuenta de jade en la boca de los muertos era la mejor ofrenda funeraria a los dioses del inframundo, por el contrario, el oro era sólo el desecho de los dioses. Con el jade se representaron los rostros de los gobernantes y se hicieron las insignias de los dioses. De jade se hicieron los collares y los cayucos primitivos en que viajaban los señores navegando en el cosmos en el mundo celestial de los Olmecas.

Mocaya, Olmeca, Mixteca, Zapoteca, Teotihuacana, Maya, Azteca y Tolteca: son los nombres con los que identificamos algunas de las antiguas culturas de Mesoamérica. El jade viajó de civilización a civilización en los mismos cayucos utilizados por los “Ahau” en el viaje hacia el infinito. El viaje en el espíritu del Jade por este Museo es una experiencia cósmica. Las piezas representan lo más selecto de toda la lapidaria indígena, ya que se visualizan joyas arqueológicas que se encuentran en colecciones particulares de difícil acceso en muchos países. Cuenta con una museografía artísticamente representada y con excelente información de las piezas exhibidas. Al final del recorrido museográfico, nos espera una gran impresión: el magnifico mausoleo, la tumba del mas grande gobernante del antiguo reino de Palenque representado en cuerpo y espíritu en el momento de su funeral en el año 683. Después, por cuenta propia pasamos a la joyería del museo. Ahí, podemos observar a los artesanos trabajar la piedra inspirados en las joyas de la antigua nobleza, realizados ahora para la nueva nobleza, los visitantes del Museo del Jade. Luego nos emocionamos al ir apreciando la gran variedad de joyas de brillantes piedras de jade engarzadas en finos trabajos en oro y plata. Nos cuesta decidirnos por los aretes, gargantillas o anillos.

Máscara
Máscara

Los collares son trabajos fantásticos que justifican su gran valor y es que ahora que hemos comprendido la importancia cultural del jade, podemos entender el alto valor de las piezas, que además de ser originales, son exclusivas. El trabajo que han realizado los investigadores y creadores de este singular espacio museográfico de Chiapas, inicia desde hace más de 20, cuando se descubren los yacimientos de jade, ubicados en los montañas y ríos, a unos cincuenta kilómetros al norte de San Cristobal de Las Casas. El trabajo de investigación geológica y arqueológica, los ha llevado al estudio de otros materiales que utilizaron como ofrendas valiosas los pueblos antiguos de Mesoamérica, como la enigmática concha marina “Spondylus” de la cual también se trabajan joyas de gran belleza. Recientemente, han presentado una nueva gema; “Piver”, hojas minerales de selvas y ríos del norte de Chiapas. Este Museo y Joyería, en el centro histórico de San Cristóbal, definitivamente es todo un viaje de conocimiento acerca de la historia y la herencia cultural de los pueblos de Mesoamérica.

 

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