Arqueología

Monte Albán en Oaxaca: Una antigua metrópolis Zapoteca

Aunque Monte Albán ha resistido el paso de los siglos, enfrenta desafíos contemporáneos en términos de conservación.
Monte Albán

En las pintorescas colinas del Valle de Oaxaca, México, se erige Monte Albán, una joya arqueológica que atestigua la grandeza de la civilización zapoteca.

Monte Albán en Oaxaca, en el estado mexicano homónimo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y representa un testimonio tangible de la habilidad arquitectónica, astronómica y cultural de una civilización que floreció en Mesoamérica durante más de mil años.

Historia y Descubrimiento:

Monte Albán fue fundado alrededor del año 500 a.C. y alcanzó su apogeo entre los años 200 y 750 d.C. como una de las principales ciudades de Mesoamérica. Los zapotecas, con una visión urbanística avanzada, construyeron terrazas y plataformas en las colinas para dar forma a una ciudad que se convertiría en un centro político, religioso y cultural.

La ciudad fue abandonada en el siglo VIII d.C., y aunque se desconoce la razón exacta, se cree que factores como la sobreexplotación del suelo y cambios en la dinámica política pudieron haber contribuido a su declive. Monte Albán en Oaxaca, fue redescubierto por el explorador alemán Alfonso Caso en 1931, y desde entonces, arqueólogos de todo el mundo han explorado y estudiado este fascinante sitio.

Arquitectura Monumental:

Templo de los Danzantes: Una Galería de Misterios:

Entre las estructuras más enigmáticas de Monte Albán se encuentra el Templo de los Danzantes, una plataforma que presenta más de 300 relieves esculpidos en piedra. Estas figuras, caracterizadas por sus posturas contorsionadas y atuendos singulares, han desconcertado a los arqueólogos durante décadas. Algunos sugieren que representan cautivos de guerra, mientras que otros teorizan que son imágenes rituales vinculadas a la danza y la religión. El misterio que rodea al Templo de los Danzantes agrega capas de fascinación a la riqueza cultural de Monte Albán.

Plataforma Norte:

La Plataforma Norte es otra maravilla arquitectónica que destaca en éste sitio arqueológico. Esta extensa plataforma elevada está decorada con frisos esculpidos y altares, indicando su uso ceremonial. Desde este punto, los líderes zapotecas podrían haber dirigido eventos y ceremonias, conectando simbólicamente con los dioses y la cosmología zapoteca.

Juego de Pelota:

Al igual que muchas civilizaciones mesoamericanas, los zapotecas practicaban el juego de pelota, y Monte Albán no es una excepción. El juego de pelota es especialmente notable por su ubicación en la Plaza de la Danza. Este espacio rectangular rodeado de plataformas y estructuras ceremoniales sugiere que el juego de pelota tenía connotaciones rituales y ceremoniales.

El Palacio de los Seis Patios:

El Palacio de los Seis Patios es una estructura que refleja la complejidad arquitectónica y social de ésta antigua ciudad. Este conjunto de patios rodeados por habitaciones y plataformas servía como residencia para la elite zapoteca. Cada patio tenía su propia función, ya sea para rituales ceremoniales, actividades domésticas o propósitos administrativos. La disposición del Palacio de los Seis Patios destaca la planificación cuidadosa y la organización social avanzada de la civilización zapoteca.

El Observatorio: Conexión Celestial y Terrenal:

La civilización zapoteca demostró un profundo entendimiento de la astronomía, y esto se refleja en la creación del Observatorio, también conocido como el Edificio J. Este impresionante edificio está alineado con precisión astronómica, permitiendo a los habitantes de la ciudad realizar observaciones detalladas de los cuerpos celestiales y los fenómenos astronómicos. La relación entre el paisaje terrenal y el cielo estrellado era esencial en la cosmovisión zapoteca, y el Observatorio es un testimonio tangible de esta conexión.

La Gran Plaza: Centro de Actividad Cívica y Religiosa:

La Gran Plaza de Monte Albán es el corazón del sitio, un vasto espacio que testimonia el carácter ceremonial y político de la ciudad. Rodeada por estructuras monumentales, la Gran Plaza albergaba eventos ceremoniales, rituales religiosos y actividades cívicas. Aquí, la interacción entre la élite gobernante y la población se manifestaba en danzas, ofrendas y celebraciones.

Retos y Futuro de Monte Albán:

Aunque Monte Albán ha resistido el paso de los siglos, enfrenta desafíos contemporáneos en términos de conservación. La presión del turismo y los factores medioambientales requieren medidas efectivas para preservar este tesoro arqueológico. Además, es fundamental concienciar sobre la importancia cultural de Monte Albán, no solo como un conjunto de ruinas, sino como un testamento vivo de la historia de Oaxaca y de la riqueza de las civilizaciones mesoamericanas.