Amatenango del Valle y su artesanía
Amatenango del Valle o el pueblo de las alfareras se localiza sobre una pequeña elevación que domina un fértil valle cubierto de cultivos a 35 kilómetros al sureste de San Cristóbal de las Casas.
Amatenango se caracteriza por su cultura, tradiciones, costumbre pero sobre todo por sus mujeres artesanas las cuales utilizan métodos prehispánicos en el proceso de elaboración de alfarería: modelan a mano el barro colectado en los terrenos del municipio, pintan sus piezas con piedras del río para luego quemarlas al aire libre gracias a la leña de pino que cortan los hombres de la casa.
Ollas, cántaros, tinajas, macetas, palomas, lámparas de palomas, platones de alcatraz, soles, tortugas, iguanas, incensarios y algunas figuras zoomorfas son los productos más representativos de esta antigua tradición que evoca, en el acto de mezclar tierra y agua, modelar el barro, secarlo y quemarlo, el primigenio acto de la creación en la cosmovisión maya.
Es el ejemplo de Juana Gómez Ramírez, artista reconocida a nivel nacional e internacional sus obras se han expuesto en el Museo de Arte Mexicano en Chicago U.S.A. su taller se encuentra en la calle 16 de Septiembre en Amatenango del Valle.
El jaguar, un animal sagrado par las antiguas culturas indígenas, ha sido objeto de culto y por lo tanto representado en infinidad de esculturas; entre los Mayas simboliza deidades y cardo de los gobernantes. En Amatenango del Valle, una comunidad Tseltal del Estado de Chiapas, cuya actividad femenina se circunscribe básicamente en la alfarería y donde se mantiene las técnicas antiguas.
Juana es una mujer joven que en su infancia fue animada por su madre para que junto con sus hermanos continuaran con la tradición familiar, y hasta la fecha lo siguen haciendo, nacida en 1982, ha llegado a dominar el modelado en barro en la figura de este felino, ya que desde un comienzo le interesaron sus movimientos y rasgos faciales, y lo reproduce casi a la perfección, sin usar ningún molde, nos platica que solo se los imagina al atacar con sus fauces abiertas y así logra reproducirlos a la perfección.
Comienza con el moldeado de las patas, lo que le da la pauta para levantar la mitad del cuerpo y continuar con la otra mitad terminando con el rostro; cuando ha terminado la pieza y esta totalmente seca repara la imperfecciones se raspan con un cuchillo o una cuchara especial; El Bruñido se realiza con una piedra de tierra caliente como la piedra de río que se recoge por ahí cerca, esto puede llevar hasta tres días.
Algo particular de esta artesana es que la quema la sigue haciendo de la manera tradicional Prehispánica, como es esto, a fuego abierto al ras de la tierra se colocan algunas piedras y sobre ellas las piezas se rodean con leña que se prende con ocote y poco a poco se va agregando más leña
hasta que la pieza queda cubierta de leña y permanecen en quema durante medio día.
Las creaciones de la maestra Juana se distinguen porque el terminado que les da las hace ver muy naturales ya que no las barniza, y las decora con pintura negra vinílica sobre una base de color crema que obtiene de un colorante y de la misma tierra, la calidad de esta pintura es impresionante ya que puede pintar una pieza de de tamaño natural hasta una de 10 centímetros.
Juana Gómez también realiza otro tipo de artesanía como jarrones, palomas, macetas, etc. Pero el jaguar la llevo a consagrarse con múltiples premios a nivel nacional en barro levantado a mano modelado y policromado en frío.
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