Candela, un pueblito de aguas termales con poderes curativos
Es un ícono de la historial virreinal, un pueblito pintoresco para desconectarse de la cotidianeidad, descansar y disfrutar. Se llama Candela y se encuentra en el estado de Coahuila.
A solo una hora de Monclova, Coahuila, se encuentra Candela, un Pueblo Mágico que presume sus tradiciones intactas y sus terapéuticas aguas termales. Se puede llegar también desde la capital coahuilense en auto o en transporte público en menos de 3 horas.
La misión de Candela fue fundada en 1690 como San Bernardino de la Candela, por Alonso de León, “El Mozo”, militar, administrador y explorador novohispano. Fue originalmente habitada por cartujanos, tilijais, milijais.
Fue punto clave en la historia virreinal y revolucionaria del Noreste del país y, actualmente, es un importante destino para el turismo de salud y el ecoturismo. Candela forma parte de la Ruta del Desierto, que incluye también a los pueblos de Cuatro Ciénegas, Nadadores, Frontera, San Buenaventura y Monclova.
El recorrido por este pueblito empieza en su Centro Histórico con su famoso y tradicional quiosco central. Llaman la atención el Palacio Municipal con una plaza de toros en su interior y la Parroquia de San Carlos Borromeo con su antiguo techo de viguería de madera de mezquite.
La estación ferroviaria es también un imperdible. Fue el revolucionario Venustiano Carranza quien la mandó a construir y, con algunas restauraciones, hoy es un símbolo de la identidad de Candela.
También hay que hacer una parada en la Presa de las Higueras y el Balneario de Ojo Caliente. Sus aguas termales atraen a visitantes del mundo entero porque prometen desde la disminución de contracturas musculares y hasta la eliminación de toxinas.
Candela se incluyó en el Programa Pueblos Mágicos de México en 2015 y, desde entonces, su oferta turística ha crecido significativamente. Son muy famosos sus temazcales que, mediante un ritual ancestral, ofrecen descanso y sanación a los turistas.
También se puede disfrutar del ecoturismo y dar un paseo a caballo, practicar campismo o pasear en cuatrimoto. Sobre las riveras del Río Candela se encuentran Los Carricitos y Las Lajitas, otros espacios recreativos para conectar con la madre tierra.
La aventura en Candela continúa por las Grutas del Carrizal, una ruta de cavernas con formaciones rocosas verdaderamente enigmáticas. Y no hay que dejar de lado la Cueva de los Murciélagos, el destino ideal para el avistamiento de estos mamíferos.
El Huizachal, una zona rica en petroglifos es un imperdible de la región. Se pueden ver figuras de animales y formas antropomorfas hechas por los antiguos pobladores nómadas del desierto.
Entre un punto y otro, se puede disfrutar de las cabalgatas, de algún espectáculo de rodeo y, por supuesto, de la gastronomía de Candela: desde su cortadillo, una especie de estofado de res, hasta caldo de tortuga. No faltan los quesos de cabra y los dulces de leche quemada.
Un lugar lleno de historia, spots naturales de ensueño, comida y bebida para todos los gustos.