Zacatlán, el pueblo que parece esconderse entre las nubes

Zacatlán de las Manzanas es, como su nombre lo dice, un importante productor de esta fruta. Pero ese es apenas una de los atractivos de este sitio que se encuentra al noroeste del estado de Puebla.

Zacatlán está a 132 kilómetros y 2 horas y media de la capital de Puebla. Se encuentra aún más cerca del estado de Tlaxcala, a solo 1 hora y media. Pero tanto el camino como el destino valen la pena. 

Su nombre proviene de las palabras náhuatl “zacatl”, que significa “zacate”; y “tlan”, “lugar”. Por lo tanto, su significado etimológico es “lugar donde abunda el zacate”, así que podrás imaginar lo vasta que es su vegetación.

Zacatlán forma parte del programa Pueblos Mágicos desde 2011 y queda claro porqué. El Mirador de Cristal, que sobresale en la cima de la Barranca de los Jilgueros, es la mejor carta de presentación.  

Su Centro Histórico es uno de los imperdibles del poblado. El Reloj Floral y el Museo del Reloj son un par de las paradas obligadas. Pero este también es un espacio gastronómico muy visitado. 

En Zacatlán se puede degustar café de granos recién tostados, licores y cervezas a base de manzana, barbacoa de hoyo y el tradicional cubilete de queso, uno de los clásicos de la panadería mexicana. 

Y eso no es todo, muy cerca del Pueblo Mágico se encuentran la majestuosa Cascada Tulimán, donde se hace senderismo y ecoturismo a una altura de hasta 300 metros.

Y Zacatlán no sería el mismo sin su Valle de Piedras Encimadas, conformado por más de 240 formaciones rocosas de origen volcánico. Además, hay tirolesas, tiro con arco y caballos para dar un paseo por la zona. 

Sus fiestas patronales, exposiciones y ofrendas son un agasajo. Y es que, en medio de la neblina y degustando de alguna de sus maravillas culinarias, todo es mejor. Es uno de los regalos de Puebla para el mundo.