Real del Monte, el pueblo de las fachadas multicolor.
Real de Monte es una de las joyas que los hidalguenses comparte con más orgullo al mundo entero. Un pueblo minero, turístico y fascinante que vale la pena visitar.
Esta belleza de tejas rojas y clima boscoso se encuentra a poco menos de media hora de la capital hidalguense y a 2 horas de la Ciudad de México manejando por la autopista México-Pachuca. Real de Monte es el destino perfecto para una escapada de fin de semana.
Esta región, históricamente minera, fue sede de la primera huelga de América y vio nacer la pasión por el soccer en México cuando los mineros ingleses lo introdujeron al país. También de ellos aprendieron aquellos hidalguenses la técnica detrás del paste, una empanada hecha a base de harina, manteca o mantequilla y sal.
Real de Monte es la cuna del paste, que proviene de la palabra británica “pasty”, el almuerzo de los mineros ingleses y, ante la dificultad de la pronunciación, aquellos mineros mexicanos decidieron llamarla sencillamente “paste”. El original va relleno de carne de res picada y cruda. Es una delicia.
Las verdolagas con chile verde y los hongos preparados también son parte de la gastronomía de esta región. Y la barbacoa, como en todo pueblito hidalguense, es algo que nadie se puede perder. Mientras que la bebida agridulce de frutas de la estación refresca a locales y a turistas.
En Real de Monte hay mucho que comer, pero también mucho que hacer. La visita empieza en la plaza principal donde se encuentra la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, un recinto precioso que data del siglo XVII.
El Santuario del Señor de Zelontra es otro de los imperdibles del pueblito. Ahí se venera a Jesús el buen pastor, el santo patrono de los mineros, que según la leyenda escogió este lugar para que fuera su casa.
Visitar el callejón de los artistas y el Panteón Inglés son otras dos de las actividades para las que vale la pena reservar un buen rato. El Museo de Medicina Laboral no se queda atrás, pues es un museo único en su tipo en México, una muestra de la medicina laboral. Real de Monte es cultura e historia.
Este pueblo también revela detalles de su auge minero en sitios como la Mina de Acosta, donde en un recorrido de poco más de 1 hora a 400 metros de profundidad se puede apreciar parte de la construcción original, la maquinaria y herramientas que los mineros usaban para extraer plata.
Finalmente, hay que pasar por el Portal del Comercio donde hay desde pulseras y anillos de plata hasta dulces típicos de la región. Real de Monte es un Pueblo Mágico desde 2004 y hasta hoy no ha hecho más que refrendar su título.
Unos días en este pueblito son la solución al estrés, la rutina y cualquier problema.