Tlaxco, un pueblito de arquitectura colorida y buena barbacoa de hoyo
Con un clima semi-frío y exuberante vegetación, Tlaxco recibe a sus visitantes todos los días del año. Se encuentra en el estado de Tlaxcala, en la zona centro del país, y está repleto de haciendas que cuentan su historia.
Tlaxco se encuentra a solo 40 minutos de Chignahuapan, Pueblo Mágico poblano, y a 50 minutos de la capital tlaxcalteca. Se puede llegar en transporte público o hacer un road trip desde la CDMX en apenas 2 horas y media.
Fue habitada desde el siglo XIV por otomíes, pero se tiene registro de otros tantos asentamientos en el área. En 1920 se reconoce como Consejo Municipal y ya para 1922 como Municipio Libre.
La palabra Tlaxco proviene del vocablo náhuatl “tlachco” y significa “El lugar del juego de pelota”. Es una de las ciudades más pobladas del estado de Tlaxcala y uno de sus dos Pueblos Mágicos.
El recorrido comienza por su Plaza Principal y la Parroquia de San Agustín de Hipona, construida con cantera rosa y retablos de principios del siglo XVIII tallados en madera y laminados en oro. Es un espectáculo para la vista.
Tlaxco tiene algunas de las iglesias más bellas de México. La Capilla de Lourdes es imperdible, en su interior tiene un altar mayor con una imagen de la Virgen de Lourdes traída directo de los Altos Pirineos franceses.
Y, por supuesto, hay que visitar la Capilla del Santo Calvario, que llama la atención por su fachada principal color crema y una pequeña escalinata que va desde la calle hasta el atrio.
En la zona, destaca también el Palacio Municipal, edificio que fue inaugurado por el entonces presidente del país don Porfirio Díaz, que resguarda una colección de espejos franceses, fotografías y pinturas donadas al pueblo de Tlaxco precisamente por aquel político mexicano.
Otro de los sitios donde se pone de manifiesto la riquísima historia de la región es el Museo de Historia, Artes y Tradiciones. Y la Casa-Taller de platería de Doña Eva Martínez no se queda atrás; Doña Eva fue una talentosa artista que dedicó su vida a rescatar y conservar joyas antiguas.
En este Pueblo Mágico (considerado así desde 2015) se celebra la Feria del queso, la madera y el pulque, un festín para los locales y para los visitantes. Y en cualquier momento del año, en Tlaxco se puede disfrutar de quesos artesanales, un buen requesón y pulque natural.
El pan de queso y los cocoles bañados con miel de maguey están también entre los favoritos de quienes visitan esta localidad. Y para los que buscan comida salada, hay tlacoyitos de alberjón, tacos de gusanos de maguey y barbacoa de hoyo.
Tlaxco está rodeado por 25 haciendas de relevante valor histórico y arquitectónico, donde se ofrecen recorridos guiados y degustaciones de aguamiel del maguey. Hay mucho por disfrutar.
Conectar con la naturaleza es parte de la oferta turística del pueblo. En el campamento La Peñuela se pueden practicar deportes de aventura o disfrutar del arte rupestre que quedó asentado sobre roca volcánica.
Y muy cerca de Tlaxco están el Lago Atlangatepec, para hacer pesca deportiva, la Peña del Rosario, para hacer escalada, y la Peña del Rey, el mejor lugar para practicar montañismo y fotografiar paisajes de ensueño.
Son tantas las formas que hay de disfrutar de este pueblito mágico y cada uno de sus espacios que hay que empezar tan pronto sea posible.