Pueblos Mágicos

Calvillo, el corazón de la Sierra Madre Occidental.

Desde que se incorporó al programa Pueblos Mágicos en el año 2012, la oferta turística de Calvillo no ha hecho más que crecer.
Calvillo, Aguascalientes

De Ricardo Contreras Sustaita – De mi camara digital, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12583535

Aguascalientes es famoso por sus aguas termales, su arquitectura colonial y, desde 2012, también por uno de sus Pueblos Mágicos: el pintoresco Calvillo.

Calvillo se encuentra a solo 53 kilómetros de la ciudad de Aguascalientes, así que bastan 50 minutos para viajar a este pueblito que se distingue por sus finos deshilados y por su producción de guayaba.  

Se origina con el establecimiento de una congregación de indios nahuas de San José de Huejúcar. Pero es Don José Calvillo, dueño de la Hacienda San Nicolás, quien, más tarde, hace una donación de tierra para la fundación del pueblo. De ahí su nombre. 

Calvillo se puede recorrer perfectamente a pie, pero también en el Guayequito, un tranvía que se ubica en la plaza principal y que ofrece una serie de recorridos turísticos que valen muchísimo la pena. 

Su Centro Histórico es una belleza y la parroquia Nuestro Señor del Salitre el punto de mayor interés. Se trata de una de las edificaciones más antiguas del poblado; como dato curioso, una sus torres está trunca porque sufrió algunas fisuras al construirla y nunca pudo ser terminada.

El Palacio Municipal y la Casa de la Cultura de Calvillo también tienen su encanto. Esta última es una de las casas más bellas del siglo XIX y está localizada justo a un costado de la plaza principal. Consta de patio central con arquería en cantera rosa, marcos, ventanas y habitaciones que también resultan majestuosas.

Por supuesto que entre cada visita habrá que hacer una pausa para disfrutar de sus dulces típicos preparados con guayabas y otras frutas de la región. Los “chamucos“, el pan tradicional de la zona, no se queda atrás cuando se trata de saciar el antojo.

Y para recuperar fuerza y continuar el recorrido, Calvillo ofrece chuletas glaseadas de guayaba, huachinango frito, tostada de jaiba,  el clásico pozole verde y rojo, birria de carnero, gorditas y, por supuesto, frijoles de la olla con chile de molcajete.

Las Graditas es el siguiente spot del pueblito. Es una calle con una gran pendiente que, como su nombre lo dice, está formada por escaleras y un tipo de gradas entre el cielo azul de la región y flores de todos colores. 

Y de ahí directo a La Ruta del Artista, compuesta por 17 murales y esculturas entre calles y callejones del centro de Calvillo. Las obras están inspiradas en historias tradicionales de la región y lo ideal es visitarlas en un recorrido guiado.

Desde que se incorporó al programa Pueblos Mágicos en el año 2012, su oferta turística no ha hecho más que crecer. Se puede conectar con la naturaleza en las C​​​​aídas de agua de Los Alisos y Ciénega, un exuberante lugar para actividades ecoturísticas. 

Las presas de la Codorniz, Malpaso y los Alamitos son buenas opciones en Calvillo para acampar, practicar deportes acuáticos, senderismo, kayak y ciclismo de montaña. Y para los que quieren descansar, hay cabañas rústicas preciosas, balnearios y temazcales.

Antes de volver a casa, hay que llevar algunos recuerdos del lugar. Los artesanos ofrecen desde deshilado, madera, cestería de mimbre, joyería de piedras semipreciosas y hasta talabartería, la actividad artesanal que elabora artículos con cuero.

Calvillo es perfecto para una escapada de fin de semana, pero también para quedarse toda una vida.