San José de Gracia, para los amantes de aventura
San José de Gracia es toda una experiencia para quienes viajan motivados por la fe y para los que aman el ecoturismo. Su oferta es tan diversa que se ha convertido en uno de los destinos preferidos de todo Aguascalientes.
A solo una hora de la Ciudad de Aguascalientes, se encuentra un pueblito mágico y místico que atrae a visitantes del mundo entero: San José de Gracia. Se puede llegar también desde la capital zacatecana en una hora y media y desde León, Guanajuato, en solo 2 horas y media.
Fue territorio chichimeca y se funda oficialmente durante la Colonia ya para 1780. Dentro de los vestigios históricos más sobresalientes de la región se encuentran las memorias del nombramiento del pueblo como San Joseph, lo cual podría explicar parte del origen de su nombre actual.
San José de Gracia es un poblado riquísimo por su historia, por su diversidad natural, su gastronomía y su gente, los hidrocálidos son muy buenos anfitriones. Y todo recorrido empieza en su Plaza Principal, junto al característico quiosco (en este caso, de dos niveles) de todo pueblito mexicano.
El Palacio Municipal también es un imperdible del centro de la zona, al igual que su Casa de la Cultura y el Museo Comunitario de Historia. Se puede descubrir el antiguo pueblo y todo lo que ha pasado desde que, en 2015, se incorporó al Programa Pueblos Mágicos.
Y para los amantes del turismo de aventura está Boca de Túnel, un cañón semidesértico con 13 puentes colgantes, tirolesas e impactantes circuitos para senderismo y bicicleta. Ahí se suelen tomar algunas de las mejores fotos de la escapada a San José de Gracia.
Los Alamitos no se queda atrás, se trata de un enorme campamento que preserva el equilibrio ecológico y, además, una excelente zona para acampar y dar paseos en caballo.
Pero la joya de San José de Gracia es, sin duda, el Santuario del Cristo Roto, una imponente escultura de 25 metros de altura elaborada de concreto y acero de la figura de Cristo sin un brazo y una pierna.
Aquella magnífica imagen se encuentra sobre una pequeña isla de la Presa Plutarco Elías Calles. La leyenda cuenta que en el siglo XIX el párroco de San José recibió la imagen dentro de una caja en el lomo de una mula perdida que se detuvo frente a su templo.
Se dice que aquel religioso quiso repararla cuando vio su estado, pero escuchó una voz que le dijo “no quiero que me restaures”, pedía ser consuelo de las personas enfermas y de quienes no tienen un camino. Se quedó en San José de Gracia.
En Semana Santa, el Cristo Roto recibe a miles de visitantes que, además, degustan de la oferta gastronómica del poblado. Las pacholas son el platillo típico de la región, un preparado con carne de res molida en metate y mezclada con chile y especias.
San José de Gracia es un deleite para los sentidos, un sitio que todos deberían conocer.