Pueblos Mágicos

San Joaquín, un destino espectacular en plena Sierra Gorda Queretana

Aquí en San Joaquín, cada año en abril, se realiza el Concurso Nacional de Huapango.
San Joaquín, Querétaro

Entre edificaciones de colores, vestigios arqueológicos, pinos y un clima frío, se alza uno de los pueblitos más bonitos de México. Se trata de San Joaquín, su pasado minero y su presente multicultural. 

San Joaquín se encuentra en la Sierra Gorda, a unas 2 horas de la capital de Querétaro. La forma más barata de llegar es en auto particular cuando se hace un road trip familiar, sin embargo, también se puede viajar en cómodos autobuses de pasajeros. 

El poblado fue habitado originalmente por jonaces, huastecos y pames. Más adelante, los conquistadores fundan oficialmente el pueblo en 1724 e inicia la explotación minera, sobre todo por extracción de mercurio. 

Su nombre se atribuye al Señor San Joaquín y su esplendor como Pueblo Mágico a su variada oferta turística. Y es que, a partir del año 2015, es reconocido como un destino único en su tipo. 

Es la cuna del huapango, un género musical muy mexicano basado en compás ternario. Cada año, en abril, se realiza el Concurso Nacional de Huapango, donde propios y ajenos zapatean y disfrutan al son de este ritmo huasteco. 

Y, sin embargo, San Joaquín es encantador en cualquier época del año. El recorrido comienza en su Centro Histórico, su Plaza Principal y Templo. El Palacio y la Biblioteca Municipal también llaman la atención por poner de manifiesto el pasado minero del pueblo. 

Algunos otros de los sitios emblemáticos de la zona son la Piedra Redonda, una antigua roca que se utilizaba para moler metales, y el Árbol de la Fundación, que conmemora propiamente la tercera fundación del pueblo. 

Sus zonas arqueológicas también son un imperdible. La Zona Arqueológica de Ranas y Toluquilla florecieron durante el periodo Clásico y se conservan en muy buen estado para recibir a visitantes del mundo entero. Ambas se habrían dedicado a la extracción y el comercio del cinabrio en San Joaquín

Pero eso no es todo. El Mirador la Crucita tiene su propio encanto y, por supuesto, la mejor vista del pueblo y sus alrededores. Ahí, en Semana Santa, se lleva a cabo una representación en vivo del viacrucis.

Y ya disfrutando de la majestuosidad de San Joaquín, hay que hacer una parada obligada en las Grutas Los Herrera, repletas de estalactitas y estalagmitas que asemejan figuras de animales o diamantes.

El Parque Nacional Campo Alegre es ideal para disfrutar de hacer un camping en familia y el Centro Ecoturístico El Cedral complementa la experiencia con tirolesa, escalada y un campo de gotcha. 

San Joaquín es sus edificaciones, sus rinconcitos naturales, su famoso Monumento al Minero, la Plaza de los Huapangueros y, por supuesto, la barbacoa de borrego y el licor de durazno. 

También hay ates, dulce de chilacayote, gente muy amable y artesanías que vale la pena llevar a casa, destacan las piezas en madera y todo tipo de tejidos. Hay mucho que hacer y grandes experiencias que vivir.