Historia

General Porfirio Díaz Mori

Porfirio Díaz y el 5 de Mayo

El 2 de abril, al anochecer el enemigo hace un ataque a San Marcos. Los franceses, que ocupan las dos manzanas que forman la calle del Mesón de Guadalupe, arremeten con su artillería y abren una brecha. La gran columna de zuavos que a la carrera penetran al interior del patio son contenidos por las fuerzas mexicanas al mando de Díaz. Después de  tres horas de lucha cuerpo a cuerpo ¡dentro de las habitaciones! los franceses tienen que retirarse precipitadamente. Díaz se bate en repetidas ocasiones y se le llega a considerar herido, pero por fortuna sale ileso. En otro enfrentamiento, el 19 de abril, durante los ataques a la calle de las Ruinas y a la manzana del Mesón de la Reja, un batallón irrumpe violentamente tratando de penetrar a las fortificaciones de las casas. Doscientos hombres mexicanos les salen al paso pero poco pueden hacer contra ochocientos atacantes.

Los defensores, aunque batiéndose, comienzan a retroceder, ya que el repentino ataque los ha tomado por sorpresa. Los invasores, con sed de venganza por las anteriores pérdidas, los siguen de cerca y no dan cuartel.  Pese a los grandes esfuerzos de los Jefes y Oficiales la retirada se convierte en una fuga tan desorganizada que toda la posición queda bastante comprometida. En el momento más terrible de la situación aparece el General Díaz, que con potente voz y exponiéndose claramente, ordena a los soldados: ¡Alto! Algunos valientes obedecen en el acto.  Díaz corre de grupo en grupo, detiene a unos y grita a otros, y con dureza toma el control. Los soldados animados por la actitud de su Jefe se reagrupan mientras el enemigo vacila por lo inusitado de la reacción. Con la oportuna llegada del General, y minutos más tarde, con el arribo del Batallón de Toluca y una Compañía de Oaxaca se restablece el equilibrio de las posiciones. Este tipo de acciones militares, entre muchas más, hacen que el prestigio de Díaz, tanto en México como en el exterior, crezca a grandes alturas. Los mismos franceses se lo reconocerían años después en París.